Quienes Somos



Somos un matrimonio de hace 23 años, formamos una familia con dos hijos, varón y mujer, actualmente de 22 y 19 años.

Desde nuestro noviazgo vivimos una vida sin saber de Dios, lo que ocasionó que al llegar al matrimonio, al cabo de 15 años estuviera  al punto de estar casi destruido.  Con un esposo envuelto en los placeres y deleites del mundo, llevando una vida de soltero, una relación matrimonial con muchos problemas, en donde yo como esposa pasé muchas noches esperando en casa la llegada tarde de mi esposo, muchas de esas noches llorando a solas,  con una relación con padre-hijo no muy buena, con nuestra hija sufriendo crisis convulsiva desde los 13 meses de nacida después que le dio dengue hemorrágico, con nuestra economía destruida, endeudados por no saber administrar correctamente nuestras finanzas,  estas eran las condiciones previas antes de darnos cuenta que Jesucristo estaba vivo, que era real, no sabíamos nada de Él, ni de su amor ni de su misericordia, lo poco que sabíamos era por la costumbre religiosa de nuestra infancia.

En Septiembre 2004, conocimos de Jesucristo, a través de un ministerio laico, y fue a partir de ese momento que ocurrió un cambio radical en nuestras vidas. Recuerdo que mi esposo me dijo una frase que no se nos olvida: Hemos estado por muchos años muertos en vida.   Y esto lo comprendimos en los meses siguientes.

En esa ocasión nos orientaron dos cosas: comprar una Biblia y congregarnos en una iglesia.

Y así comenzó Dios a tratar con en nuestras vidas.

Nos empezamos a alejar del mundo, y este cambio no fue aceptado por nuestras familias. Nos miraban como raros, como si fuéramos extraterrestres.  Al poco tiempo nuestra relación como esposos fue restaurada, hubo un hermoso proceso de perdón en la familia entre esposos  y con nuestros hijos.  

Dios hizo que mi esposo abandonara todos los vicios y deleites que ofrece el mundo.  Puso además en mi esposo un corazón nuevo, volviendo nuevamente el amor, el noviazgo, el enamoramiento en nuestro matrimonio.

Dios hizo un cambio en mi corazón, para quitar de mi todo odio, resentimiento o amargura que yo tuve por tantos años de una vida que de matrimonio nada tenía.  Floreciendo también en mí el amor hacia mi esposo, llegar a comprender que soy su ayuda idónea, que mi esposo es la cabeza del hogar, Dios me enseño a conocer lo que significa que una esposa esté sujeta a su marido en obediencia a su Palabra.

Dios nos regaló un milagro maravilloso de sanidad en nuestra hija, quien nunca más ha presentado una crisis convulsiva.

Dios también sanó a nuestro hijo de un accidente que resultó con fractura en una vértebra de su columna, pero para la gloria y honra de Jesucristo está sano.

Nuestros hijos nos llenan de un orgullo sano, gracias a Dios, pues son dedicados a sus estudios, sin vicios, alejados de los deseos del mundo, con buen rendimiento académico, líderes en sus clases.

Actualmente le sirven a Dios, en la alabanza y en el grupo de jóvenes.

Dios además restauró nuestras finanzas y aprendimos a administrar los bienes que pone en nuestras manos, para nunca más endeudarnos.  Aprendimos a saber lo que es honrar a Dios, lo que es compartir con el necesitado y a ser dadores alegres.

En todo este proceso no teníamos idea de lo que Dios quería hacer con nosotros como familia, habíamos iniciado la búsqueda de una iglesia en donde congregarnos y asistíamos  a una regularmente,  pero en casa todos los días leíamos la Palabra de Dios, mi esposo preparaba los temas  y por la tarde nos sentábamos a compartirla, fuimos creciendo como familia en el conocimiento de la verdad,  al poco tiempo y por obediencia nos bautizamos en familia, pronto surgieron nuevas doctrinas o el llamado avivamiento en la iglesia, lo que hizo cambiarnos a otra iglesia y vimos lo mismo o quizás peor, porque ya no se predicaba sobre el arrepentimiento, sobre el perdón, sino que los temas eran relacionados con la prosperidad material, con mucho énfasis solo en la siembra y la cosecha, y lo que hicimos es volvernos a la palabra de Dios a la Biblia, a nuestros estudios en la casa,  hasta que en una ocasión nuestros hijos le dijeron a mi esposo que no siguiéramos andando de una congregación a otra, que él debería ser nuestro pastor y nuestro guía. 

A los días recibimos una palabra de parte de Dios de salir del lugar donde estábamos asistiendo y que él nos congregaría, (2 Corintios 6:17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo;  Y yo os recibiré)

Dios le regaló talentos musicales a nuestros hijos, quienes actualmente en la alabanza, nuestro hijo toca guitarra y es primera voz, y nuestra hija toca la batería y es la segunda voz.

Y no fue que hasta ese entonces iniciamos con un grupo pequeño de personas, y hoy como dice la Palabra de Dios, El agrega un miembro a su iglesia cada día. (Hechos 2:47 “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”)

Nos congregamos en nuestra casa, así como lo hacía iglesia primitiva.

Cuando construimos la casa no teníamos idea que las características de la casa, con una sala amplia, con porche y una piscina, pensados para fiestas y reuniones, tendría otros propósitos, como lo es actualmente para congregarnos, para predicar la palabra de Dios, para bautizarnos.

Estamos plenamente convencidos que lo primero que Dios quiere restaurar son las familias. (Lucas1:17 “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”), para después mandarnos a predicar la palabra, porque no podemos predicar lo que no estamos viviendo, para poder cumplir la gran comisión de nuestro Señor Jesucristo.  (Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”)

Comprendimos que el primer ministerio que Dios nos da es la familia, donde el hombre es el sacerdote de su casa y la mujer su primera oveja, su ayuda idónea, el marido amando a la esposa, la esposa sujeta a su marido, los dos una sola carne. En donde los hijos están en sujeción a sus padres. (1Timoteo 3:4-5 “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)”).

Y así pasamos estos años trabajando intensamente para obedecer esa ordenanza de Dios, para poder predicar lo que vivimos.

Hemos aprendido el orden de Dios, en donde Dios está por sobre todas las cosas, en segundo lugar está el esposo/a, en tercer lugar los hijos y en cuarto lugar el ministerio.

El esposo no puede estar enamorado de la iglesia y solo llevando el sustento a su esposa.  Eso no es lo que Dios quiere. Dios quiere que el esposo ame a su esposa, y que alimente al rebaño, a la Iglesia de Cristo.

El ministerio Cristiano Dios con Nosotros, fomenta la restauración familiar, el crecimiento espiritual de sus miembros,  no sólo en cantidad, no solo en aprender dogmas de una religión determinada, sino en conocer y vivir los estatutos y ordenanzas de Dios.

Que vivamos una vida en Santidad como Dios quiere, escudriñando y conociendo  la sana Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo,  apartarnos de toda doctrina que no sea de Dios, siendo atalayas para denunciar a los falsos pastores que con palabrerías seducen y engañan a los débiles en la fe.

Hemos aprendido que el amor y la luz de Dios debe manifestarse en cada uno de nosotros, y que debemos ser luz y ejemplo, principalmente en nuestras familias, vecinos, compañeros de trabajo, y aún más en aquellas personas que no nos quieren y que no conocen de Dios.

Este ministerio cristiano, no está bajo la cobertura de ninguna religión, iglesia o cobertura humana, sino bajo la única y suficiente cobertura del Espíritu Santo que nos guía a toda verdad, (Juan 16:13 
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”) y quien nos ha dado de su sabiduría (Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”)

Le damos gracias a Dios por haber llegado a nuestras vidas justo a tiempo, estamos comprometidos con El a servirle de corazón, a contar con Jesucristo en cada uno de nuestros acciones, le pedimos día a día nos renueve su misericordia, nos dé su sabiduría para guiar a la congregación por la sana  doctrina, nos mantenga alejados de las trampas del mundo y poder seguir hasta la meta como lo es nuestra salvación.  (Filipenses 3:14 “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”)

Pruebas que hemos pasado
En la Biblia nos advierte de que vamos a pasar por pruebas, para ver de clase de cristianos fieles a Cristo somos. Porque nos dice que seremos probados como se prueba el oro.

Una reciente prueba la sufrimos hace 1 año, cuando a nuestra hija empezó a presentar síntomas de presión alta, fatiga, palpitaciones, insomnio y otros que no son propios de su edad, inicialmente fue tratada por hipertiroidismo, hasta que finalmente, le diagnosticaron una enfermedad totalmente extraña y rara, era un tumor llamado feocromositoma detectado en la glándula suprarenal del riñón derecho, que era la que realmente estaba ocasionando los desórdenes hormonales y de tiroides. Los médicos nos dijeron que es una enfermedad con probabilidades de 1 en un millón, que era una enfermedad "para ricos" dándonos a entender que se requería realizar muchos gastos pre operatorios y post operatorios, tanto en pruebas, exámenes, y así como el riesgo que conllevaba una cirugía de este tipo, porque se podía generar una tormenta o desordenes en la presión, y funciones de organismos, que requerían de personal y equipo médico calificado, así como unas buenas instalaciones hospitalarias que brindaran atención de UCI o unidad de cuidados intensivos por aproximadamente 15 días.  Y que en nuestro país solo en dos o tres lugares se podría realizar tal cirugía y contar con el equipo médico necesario para esta cirugía.

Al mismo tiempo mi suegra enfermó gravemente lo que generó una situación difícil para la familia, con nuestra hija y mi suegra enfermas al mismo tiempo.

Nosotros pusimos en las manos de Dios, la vida de nuestra hija, y fue Dios quien puso de una forma extraordinaria el médico principal, el equipo de trabajo de quirófano, el hospital y así fue que llegamos de mañana al hospital y nos despedimos de nuestra hija con alegría sin llanto ni tristeza antes de entrar a cirugía quien salió en unas 2 horas después con una cirugía exitosa como hecha por la mano de Dios, que no requirió utilizar ni un solo día Cuidados Intensivos, solo pasamos por un momento una situación post operatoria de mucho dolor que a base de oración y súplica a Dios se le calmó a nuestra hija.  Salimos a los días del hospital dando la honra y las gracias a Dios por tan exitosa cirugía.

Nosotros le clamamos a Dios, que también tomara control sobre la vida de mi suegra, ya que 2 días antes de la cirugía se había empeorado su estado de salud, y fue tanto su mano poderosa que durante los 2 días que estuvimos en el hospital por la cirugía de nuestra hija, Dios sostuvo con su mano a mi suegra, a tal punto que pudimos regresar y poder atender a mi suegra con su estado de salud muy delicado.

Fue duro para nuestra familia estar en esta situación, pero Dios nos dio la fortaleza y pudimos acompañarla y justo a los diez días de la cirugía de nuestra hija, que ya estaba más recuperada, hasta entonces Dios se llevó a mi suegra.

Hoy a la fecha nuestra hija goza de una buena salud. Ya no requiere tomar medicamentos para control de presión, es sana para la honra y gloria de Dios.

Como Dios hace todo, no tuvo necesidad de perder un semestre o año de su carrera, ya que por aquellas "casualidades" la universidad cambió el período de entrada a clases, que coincidió perfectamente con el tiempo de recuperación de la cirugía de nuestra hija, para entrar a clases de forma normal.

Por esto y muchas cosas más que han ocurrido en nuestras vidas, sabemos que Dios escucha las oraciones de todo el que se lo pida de corazón, por eso vivimos una vida comprometidos con Dios, para honrarlo siempre y darle la gloria por la misericordia que ha tenido para con nosotros.

Dice la BIblia en Marcos 5:39..Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti


Ramón y Martha de Vargas

Misión y Visión

Misión
Anunciar la venida de nuestro Señor Jesucristo, mediante la guía del Espíritu Santo, proclamando el evangelio de nuestro Señor Jesús, obedeciendo y viviendo la palabra de Dios, adorando y alabando a nuestro Creador, haciendo discípulos fieles a Jesucristo e influenciando a otras familias para Cristo.

Visión
Levantar y restaurar familias de manera integral, cumpliendo los propósitos de Cristo, para que nuestro país goce de una paz completa y sea luz entre las naciones.